miércoles, 19 de octubre de 2016

A solas en la confesión

Hoy quería sentarme frente a frente con vos, que bebamos juntos de este vino y me expliques cuál es el juego en el que me tocará arder de nuevo y durante cuanto tiempo.

Te conozco, desde hace años, cuando dentro de una piel ajena te presentaste bajo el nombre de tentación y caí ante tus pies, siendo algo así como una representación de mí mismo, ofreciendo la calidez de un viejo amigo y con las peores artes que un némesis puede cargar. Me has hecho creer durante tiempo que yo mismo sacio todas mis necesidades y cuando así lo tenía más que interiorizado, me corrompes, trayendo contigo una nueva presencia que sin duda me va a dañar. ¿Pretendes engañarme de nuevo o quizás son mis ojos los que te ven donde no estás? Sin embargo, hace tanto que no siento lo mismo, que no quiero dejarte ir...
Hagámoslo. No te levantes, te ofrezco mi sillón. ¿Sientes el calor de la chimenea? Es acogedor. Toma, pasea tus labios, rodeados de la espesa barba que tanto llama mi atención por el borde de mi copa y deja fluir el granate líquido en descenso por tu garganta. Cuando el calor del alcohol caldee tu cuerpo, yo ya estaré demasiado ebrio como para saber lo que estoy haciendo, pero te confesaré un secreto: whisky es el nombre que doy a mis miedos. ¿Oyes eso? He puesto la canción. Sé que la letra no habla de nosotros, pero podría hacerlo. ¿Me concedes este baile? No es tan extraño, de veras, solamente toma mi mano y déjate llevar. Sigue mis pasos, pega tu cuerpo con el mío, y en la danza, donde dos pechos llenos de vida respiran y laten, dos corazones que buscan el refugio el uno del otro arropados por una sombra negra que les impide admitir que necesitan amor. Pero, ya pasó otra vez. Otras tantas veces. Que sexo fue el engaño y ahora solamente te quiero poseer. "No te vayas". Es el suspiro que ahogo en tu oído y mis manos visten tu piel por debajo de la camisa, cinturas pegadas y el escalofrío sólo de sentirte es suficiente. Y beso tus labios finalmente después de sentirlos como tentación durante todo este tiempo. Y empujo tu cuerpo, haciéndolo caer sobre el sillón de nuevo, obligándote a mirarme, a contemplarme, a verme, a leerme como nadie lo había hecho jamás. Derrama ante mí tu vino y bebe de las lágrimas de un niño que clama atención a gritos, que mi sangre ya no corre desde que amé por última vez y un músculo inservible vuelve a ser elemento poético para latir de nuevo por ti. ¿Estás contento? Estoy viviendo de nuevo. Eres culpable de la resurrección de un ser que no sabemos si debe existir. No lo vuelvas a matar. Yo no quiero hacerlo. Alimenta la criatura que nació en mis entrañas entrando en mí generando sudor y agitando mi respiración hasta sentir prácticamente la asfixia y la muerte de nuevo. Ahoga tus miedos con los míos y desnúdate ante mí. Follemos como locos hasta que desaparezca el mundo entre las sábanas y las sensaciones sean tan confusas e intensas que no sepamos qué es el físico y el qué es el alma, ya que hasta nuestra mente está viva en este juego de seducción y el placer no tiene final... Bailemos el último vals y dime que te quedas. En la intriga de esta historia no quiero conocer el final si no llegas a él.

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