¿Cuándo entonces es el momento?
Vivimos ocupados, dejando para mañana todo sin pensar que el tiempo realmente pasa, que mañana ya tiene que ser pasado porque se ha convertido en hoy y en nada será ayer. Que no tengo tiempo libre sin pensar que eso no existe, que el tiempo es tiempo y no está para liberarlo, que cada cosa tiene su momento y que algunas tienen que coincidir. Que hoy estudio, que mañana trabajo, que pasado enferman mis padres y el viernes cuando salgamos el que cayó enfermo fui yo. Que no hay tiempo, que el amor ni se busca ni se encuentra; se construye. Que si no le dedicas su momento se marchita, que va y viene, que a veces duele y otras sana, pero siempre hace bien. No se ama en un rato libre, se ama siempre. Buenos días reina, buenas noches mi príncipe, sonríe mientras puedas, haz la sorpresa, aparece cuando menos te lo esperas, regala rosas, prende las velas, ríe, llora, besa, abraza, acaricia, ama. Estoy cansando de no tener tiempo, de que se mida el amor como si fuese por cantidades, como ir al carnicero y pedir tres cuartos de amor para acompañar al costillar, que cuestiones lo que puede o no pasar, de no hacer promesas por miedo a cumplirlas y del "vive el hoy que ya veremos mañana", sonando tanto a algo planificado que si lo sigues con un "no tengas miedo" más estás asustando. Tiempo de hacer cosas, tiempo de amarte hoy, o mejor dicho follarte, para mañana irme a currar, que ya no me esperes en la cama, hacer la compra para uno, llorar en la ducha, recomponerme a base de cafés y borracheras, de canciones moñas que me hielan las venas y volver a amar pasado, preparando la despedida del viernes, que me tengo que ir de viaje. Amar a plazos, nunca amar en realidad, no construir, porque al fin y al cabo, sólo empiezo castillos en el aire cuando tengo tiempo libre. Y al volver con la obra, los cimientos se han derrumbado.
No hay tiempos para amar, no hay tiempos de felicidad. Es un derecho, una obligación, ama siempre, construye, vive y siente.